La lectura en cuanto lectura literaria, posee una finalidad estética, la creación de un momento de goce artístico. Esta lectura placentera se sugiere, se estimula, se contagia.
El plan institucional de lectura intenta acercar la literatura a los alumnos, sin el objetivo de la ejercitación instrumentada de la lengua, sino con un fin prioritariamente placentero.
Esta lectura es individual (o familiar en el caso de los más chiquitos) y domiciliaria, lo que no quita la posibilidad del debate y los comentarios durante la clase o la utilización del texto como ejemplo para la situación de enseñanza-aprendizaje.
Todos los alumnos leerán a lo largo del año entre cuatro y seis libros. Esta lectura domiciliaria tiene una devolución, un momento de evaluación por parte del docente a modo de “comprobación de lectura” que puede adoptar diferentes formatos.